miércoles, 26 de febrero de 2014

25 de febrero de 2014

Hola, amigos.

Hace unos dos meses que no escribo, y no sé por dónde comenzar. Voy a contaros cosillas a partir de lo más cercano en el tiempo. A ver cómo se me da.
  • He llegado tarde a casa hoy, como muchos días... (parece que la pobreza y las dificultades no entienden de horarios). Josefina (Josephine) no tiene fuerzas para ponerse de pie. Tiene unos 40 años, ha perdido la cabeza (quizás secuela de una malaria cerebral...). Casi desnuda, sucia, padece una fuerte disentería que la está dejando en los huesos.... Una señora de la parroquia, Gilberta, la está siguiendo: la lava, comparte con ella la comida, lava su ropa,... Un grupo de mujeres de la CEB (Comunidad Eclesial de Base) la está ayudando. Es bonito. Es Buena Noticia. Signo del Reinado de Dios en sus corazones.

  • Creo que fue el 14 de este mes (febrero), cuando fui al dispensario a visitar a Andrés Misa, un pigmeo anciano que ha sufrido un accidente y tiene una doble fractura en sendos huesos de la pierna. Va un poco mejor y dentro de poco volverá a casa.

    Los pigmeos están acostumbrados a dormir con el fuego encendido en medio de la choza, así que no quieren dormir en el edificio de ladrillos del dispensario, pues sufre el frío de la noche (techos altos, imposibilidad de hacer un fuego en el dormitorio común,...) así que los organizamos para construirse chozas en los alrededores del dispensario (de acuerdo con los enfermeros) y pasan allí su hospitalización.

    Cuando fui a ver a Andrés me encuentro que una ONG ha destruido tres habitaciones de las seis que habían construido los pigmeos, para construir un nuevo pabellón de ladrillo.

    Aunque había espacio suficiente para construir de otro modo, los miembros de la ONG, el médico responsable de la zona de salud, los jefes tradicionales (“propietarios” de los pigmeos) y otras autoridades administrativas no han visto ningún problema en destruir esas chozas...
    el caso es que, no habiendo construido nada previamente para indemnizar la “expropiación”, ahora nos encontramos con un enfermo de tuberculosis, un enfermo operado de hernia, otro inmovilizado a causa de una fractura, una mamá que tiene una amenaza de aborto y los familiares respectivos que los cuidan (niños y adultos), que comparten tres habitaciones de 2x3 metros

    He hablado con las autoridades y me dicen que necesitan tiempo para comprender lo que ha sucedido y ver qué solución dar. Evidentemente, después de años con la misma música, eso quiere decir: "¡que se construyan otra choza!"

    No tenemos dónde acudir, pues son ellos,los representantes del gobierno, los que han autorizado la destrucción de las chozas. ¿Cómo motivar de nuevo a poblaciones nómadas para que construyan otras chozas...? ¿cómo seguir motivándolos para que frecuenten el dispensario en lugar de dejarse morir en la selva...?

  • Otra noticia, esta más alegre: en las visitas a los campamentos veo que algunos
    grupos se están animando a invitarme a seguirles al interior, en sus campamentos de la foresta. Será una buena ocasión para entrar un poco más en su mundo. Veremos cómo y cuándo se da. Ya os escribiré.

  • Estamos preparándonos también para acoger a Silvio, José Luis, Antonio, Paco y Fini, que vienen a visitarnos dentro de unos meses. Será tiempo de fiesta, de encuentro, de compartir y de programar. Contamos ya los días.
Un saludo a todos.